¿"Dónde está" El León Tranquilo?
Muchísimas gracias a todos los que con vuestros comentarios y felicitaciones durante el día de hoy, e inmersos en nuestra Romería, me habéis hecho saber que habéis apreciado el artículo, me habéis dado ánimos y me habéis dicho lo mejor de todo: que estáis de acuerdo.
La “Pedra dos Cadrís”, una gran roca en Muxía (Galicia) bajo la cual debemos pasar nueve veces para curar nuestras dolencias reumáticas; una imagen de piedra conocida como “El Santo de los Coscorrones” en la Catedral de Santiago contra la que golpear nuestra cabeza tres veces a fin de que nos transmita su inteligencia y sabiduría; buscar una rana en la fachada de la Universidad Vieja de Salamanca para tener buena suerte en los exámenes y, quizás, el resto de nuestra vida… Leyendas y tradiciones inventadas o verdaderas, conservadas como un tesoro a voces con las que atraer al turista y presumir de ciudad, de pueblo o de rincón.
En Mazarrón, por nuestra parte y entre otras pocas cosas, tenemos esto…
... pero debemos ser la excepción a la regla. Si se descubre algo mientras la pala trabaja, algo que podría detener al ladrillo y a su voraz apetito, lo destruimos o lo tapamos y “aquí no ha pasado nada”. No sabemos o no queremos sacarle partido a lo que tenemos. Pensamos que con cuatro cosas y cuatrocientos edificios ya nos basta. Lo poco que nos queda estorba y acabamos con ello porque es mucho más rentable (¿rentable para quién?) construir lo que sea.
El restaurante conocido como “El León Tranquilo” en Bolnuevo, abandonado desde hace años, debe su nombre a una de estas “cosas” que en cualquier otro pueblo sería objeto de presunción, pero si alguien se aventura en búsqueda del león le recomiendo olvidar la imagen anterior, ya que “el animal” ha sido emparedado y ocultado. En su lugar, esto es lo que encontrará:
No sería de extrañar que en más de un pueblo o ciudad nos cobraran por acceder al mismo, echarnos una foto y por qué no, decirle al turista que si le acaricia la melena al enorme león tendrá salud y fortaleza el resto de su vida. En ese pueblo ideal ("idealmente normal"), el gran león estaría acompañado por la leyenda de que algunas noches, cuando el mar enfurece, el león hace lo propio y ruge estableciendo un diálogo de titanes. El León Tranquilo inspiraría algún escritor cuyo relato se vendería en las tiendas de souvenirs o por qué no, se convertiría en un libro conocido más allá de la tienda… Ya veo a más de uno vagando por calles de cualquier ciudad o pueblo en busca de ese león y pagando unos cuantos euros para visitarlo.
¿Qué es lo que nos pasa a nosotros? ¿Por qué no rescatamos al león antes de que sea demasiado tarde y presumimos de él? ¿Qué nos lo impide? ¿Por qué parece que todo nos da igual?
En fin, por si lo poco que nos queda sigue la misma suerte, echaremos unas cuantas fotos a nuestra Ciudad Encantada para enseñársela a nuestros nietos, no vaya a ser que “esos pedruscos” pronto estorben. Tiempo al tiempo...
Por cierto, este atropello no ha tenido lugar ahora, sino hace ya más de quince años. Al César lo que es del César.
- Artículo publicado en la Revista de la Romería 2006 -
La “Pedra dos Cadrís”, una gran roca en Muxía (Galicia) bajo la cual debemos pasar nueve veces para curar nuestras dolencias reumáticas; una imagen de piedra conocida como “El Santo de los Coscorrones” en la Catedral de Santiago contra la que golpear nuestra cabeza tres veces a fin de que nos transmita su inteligencia y sabiduría; buscar una rana en la fachada de la Universidad Vieja de Salamanca para tener buena suerte en los exámenes y, quizás, el resto de nuestra vida… Leyendas y tradiciones inventadas o verdaderas, conservadas como un tesoro a voces con las que atraer al turista y presumir de ciudad, de pueblo o de rincón.
En Mazarrón, por nuestra parte y entre otras pocas cosas, tenemos esto…
... pero debemos ser la excepción a la regla. Si se descubre algo mientras la pala trabaja, algo que podría detener al ladrillo y a su voraz apetito, lo destruimos o lo tapamos y “aquí no ha pasado nada”. No sabemos o no queremos sacarle partido a lo que tenemos. Pensamos que con cuatro cosas y cuatrocientos edificios ya nos basta. Lo poco que nos queda estorba y acabamos con ello porque es mucho más rentable (¿rentable para quién?) construir lo que sea.
El restaurante conocido como “El León Tranquilo” en Bolnuevo, abandonado desde hace años, debe su nombre a una de estas “cosas” que en cualquier otro pueblo sería objeto de presunción, pero si alguien se aventura en búsqueda del león le recomiendo olvidar la imagen anterior, ya que “el animal” ha sido emparedado y ocultado. En su lugar, esto es lo que encontrará:
No sería de extrañar que en más de un pueblo o ciudad nos cobraran por acceder al mismo, echarnos una foto y por qué no, decirle al turista que si le acaricia la melena al enorme león tendrá salud y fortaleza el resto de su vida. En ese pueblo ideal ("idealmente normal"), el gran león estaría acompañado por la leyenda de que algunas noches, cuando el mar enfurece, el león hace lo propio y ruge estableciendo un diálogo de titanes. El León Tranquilo inspiraría algún escritor cuyo relato se vendería en las tiendas de souvenirs o por qué no, se convertiría en un libro conocido más allá de la tienda… Ya veo a más de uno vagando por calles de cualquier ciudad o pueblo en busca de ese león y pagando unos cuantos euros para visitarlo.
¿Qué es lo que nos pasa a nosotros? ¿Por qué no rescatamos al león antes de que sea demasiado tarde y presumimos de él? ¿Qué nos lo impide? ¿Por qué parece que todo nos da igual?
En fin, por si lo poco que nos queda sigue la misma suerte, echaremos unas cuantas fotos a nuestra Ciudad Encantada para enseñársela a nuestros nietos, no vaya a ser que “esos pedruscos” pronto estorben. Tiempo al tiempo...
Por cierto, este atropello no ha tenido lugar ahora, sino hace ya más de quince años. Al César lo que es del César.
- Artículo publicado en la Revista de la Romería 2006 -
3 Comments:
Felicidades por su blog. Recomendar a todos(los mazarroneros principalmente) un nuevo blogspot que dice, también, la verdad de nuestro municipio sin pelos en la lengua:
http://licenciadopoyo.blogspot.com
Hola, soy Natalia, nieta del conocido quizá por aquellas tierras de Mazarrón "el señor cordobés".Él fue dueño de ese restaurante que cerró hace muchos años ya... pero aún tengo en mi memoria los días de mi infancia corriendo entre las tierras de su jardín. Lo vendió para poder cumplir otros sueños, pero aún en mi familia tenemos un cálido recuerdo de aquel lugar.
Saludos a todos los mazarroneros.
Natalia
Hola Natalia, sabes quien es el propietario ahora ?
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