domingo, octubre 01, 2006

Camposol, para llorar (1ª entrega)

Todos los vemos en el mercadillo, por las tiendas, sentados en las terrazas de los bares… rubios, altos y de color salmón cuando les da el sol. Sabemos que hablan inglés, que les gusta el vino y la cerveza, que adoran el sol y que han venido para quedarse. Pero no les conocemos. La gran mayoría han elegido no mezclarse. Pocos hablan nuestro idioma y al resto no les interesa aprenderlo. Es por ello por lo que se expresan en el propio pasando aún más desapercibidos si cabe. Toda una pena porque así nos es imposible formar una comunidad, encontrar nuestros puntos en común y sobre todo, enterarnos de lo que les está pasando que no es poco…

Es por esto por lo que me gustaría dedicar las próximas entradas a traducir algunos de los artículos, cartas y notas de prensa encontrados en los números de “Mazarrón Día a Día” publicados en septiembre a cerca de Camposol y lo que allí está ocurriendo. De esta manera, les podemos acompañar en el sentimiento.



Artículo publicado por Allyson Struthers en el número 215:

CAMPOSOL - ¿CUÁL ES LA VERDAD?

Casi cada día y sin falta los rumores corren por Camposol. La mayoría de personas se encogen de hombros y dicen “no es mi problema”. Pero, ¿cómo es posible que se construya una autovía justo por en medio de una urbanización, dividiéndola en dos y con un acceso que es peligroso y que deja mucho que desear? ¿Cómo es posible que construcciones que no tienen ni veinte años se estén hundiendo? ¿Cómo se puede ignorar a una población del tamaño de un pueblo? ¿Cómo es posible que nadie arregle los agujeros y baches que llenan las calles? ¿Cómo pueden ocurrir robos mientras que la policía pasa de ellos y parece estar más preocupada por multar a los residentes por faltas menores? ¡La lista es interminable! La pregunta está pidiendo a gritos que se haga: ¿están siendo los residentes de Camposol víctimas de la discriminación? ¿Es que los residentes extranjeros, habiendo ayudado a la expansión de Mazarrón y del Puerto, no tienen voz y deben limitarse a pagar impuestos que se utilizan en todos los lugares excepto donde ellos viven? (…) Tenemos que ponernos de pie y pedir que se nos cuente. No me refiero sólo a los británicos, sino a cualquiera que tenga una casa aquí y que ha invertido probablemente los ahorros de una vida buscando una vida mejor.

Camposol es víctima de la incompetencia y los chanchullos administrativos y lo que es peor, es víctima de la apatía. La única esperanza es que los nuevos representantes de la asociación de residentes entablen relaciones con el ayuntamiento. ¿¡Quizás un grupo unido pueda hacer algo!? Mmmmm”.