UN CIELO DE HIERRO Y UN ABRIGO DE HORMIGÓN
No sé si habéis mirado últimamente al cielo de Mazarrón. Por todos lados se puede leer: "Sáez", "Esmeralda", "Cánovas"… Son grúas. Y donde hay grúas hay construcciones. Y donde hay construcciones hay ruido, calles cortadas y mucho movimiento de dinero.
Hace dos semanas hice un recorrido por nuestras calles contando grúas, construcciones y calles cortadas. Fue un paseo de 2 horas de lo más sano y que aconsejo hacer por resultar de lo más revelador. Siempre andamos atareados y no nos paramos a apreciar (y criticar) los cambios de nuestro alrededor y en especial el crecimiento acelerado de todos los barrios, tanto a lo largo como a lo alto. Las cifras de nuevas viviendas en nuestro municipio aumentan a un ritmo espectacular. Donde había una planta ahora hay un edificio, y donde había campo, ahora hay urbanizaciones.
La “colonización” de La Aceña fue solo una avanzadilla. Ahora es general. Recuerdo que hace poco más de una década una buena amiga mía se mudó a esa “nueva” zona del pueblo después de vivir toda su vida en el centro. Cuando me dijo dónde se iba pensé que no la iba a volver a ver jamás. Si me hubiera dicho que se iba a Japón me habría sentido igual… Ahora sigue sin ser mi vecina, pero me queda cerca.
El casco antiguo (o lo poco que queda de él) se tira abajo en cuanto se puede y se construye hacia arriba (construir hacia abajo para aparcamientos parece no resultar muy rentable). En el camino se crean corazas de hormigón para los viandantes, para las casas de una planta que empequeñecen mientras estos gigantes crecen, y corren telones anunciadores del fin de la función para las pocas vistas que nos quedaban del Castillo de los Vélez o del Molinete.
Aquellos que apostaron por el ladrillo hace unos años dieron en el clavo y se están llenando los bolsillos como nunca, al tiempo que los sufridores piden hipotecas que probablemente heredarán sus hijos. Y mientras se construye allá donde se quiere, metiendo a 20 donde caben 2, apurando las aceras, olvidamos que lo que hagamos hoy va a quedar así durante muchísimo tiempo. Tanto, que cuando se tire lo que ahora estamos levantando, nosotros ya no estaremos aquí. ¿Por qué no quitarles 20 centímetros a las nuevas construcciones y así tener aceras más anchas? ¿Por qué no quitarles 40 y hacer calles menos estrechas? (decir “más anchas” en el caso del centro no dejaría de resultar paradójico).
Estamos construyendo el Mazarrón de los próximos “muchísimos años” sin pensar que somos nosotros los que tendremos que vivir, aparcar y sufrir aquí, y que la gran mayoría de las cosas son pan para hoy y hambre para mañana. Para unos más que para otros…
Hace dos semanas hice un recorrido por nuestras calles contando grúas, construcciones y calles cortadas. Fue un paseo de 2 horas de lo más sano y que aconsejo hacer por resultar de lo más revelador. Siempre andamos atareados y no nos paramos a apreciar (y criticar) los cambios de nuestro alrededor y en especial el crecimiento acelerado de todos los barrios, tanto a lo largo como a lo alto. Las cifras de nuevas viviendas en nuestro municipio aumentan a un ritmo espectacular. Donde había una planta ahora hay un edificio, y donde había campo, ahora hay urbanizaciones.
La “colonización” de La Aceña fue solo una avanzadilla. Ahora es general. Recuerdo que hace poco más de una década una buena amiga mía se mudó a esa “nueva” zona del pueblo después de vivir toda su vida en el centro. Cuando me dijo dónde se iba pensé que no la iba a volver a ver jamás. Si me hubiera dicho que se iba a Japón me habría sentido igual… Ahora sigue sin ser mi vecina, pero me queda cerca.El casco antiguo (o lo poco que queda de él) se tira abajo en cuanto se puede y se construye hacia arriba (construir hacia abajo para aparcamientos parece no resultar muy rentable). En el camino se crean corazas de hormigón para los viandantes, para las casas de una planta que empequeñecen mientras estos gigantes crecen, y corren telones anunciadores del fin de la función para las pocas vistas que nos quedaban del Castillo de los Vélez o del Molinete.
Aquellos que apostaron por el ladrillo hace unos años dieron en el clavo y se están llenando los bolsillos como nunca, al tiempo que los sufridores piden hipotecas que probablemente heredarán sus hijos. Y mientras se construye allá donde se quiere, metiendo a 20 donde caben 2, apurando las aceras, olvidamos que lo que hagamos hoy va a quedar así durante muchísimo tiempo. Tanto, que cuando se tire lo que ahora estamos levantando, nosotros ya no estaremos aquí. ¿Por qué no quitarles 20 centímetros a las nuevas construcciones y así tener aceras más anchas? ¿Por qué no quitarles 40 y hacer calles menos estrechas? (decir “más anchas” en el caso del centro no dejaría de resultar paradójico).
Estamos construyendo el Mazarrón de los próximos “muchísimos años” sin pensar que somos nosotros los que tendremos que vivir, aparcar y sufrir aquí, y que la gran mayoría de las cosas son pan para hoy y hambre para mañana. Para unos más que para otros…
Escrito por Lucrecia García Moreno @ 6:36 p. m.
4 Comentarios
4 Comments:
Hola Lucrecia:
Es la primera vez que leo tu blog y me parece muy bueno. Ya veo que Santiago te quiere fichar para Arremolina y haría bien porque se nota que te lo curras y que tienes las cosas claras. Además veo que la gente de Mazarrón se involucra en tu blog.
Respecto al aparcamiento subterráneo que mencionaba el concejal, está demostrado que medidas de ese tipo lo único que hacen es aumentar aún más el tráfico. Deberían promover el transporte público, a pie o en bicicleta, y más en un pueblo tan pequeño y con tan buen clima como es Mazarrón.
Un saludo.
Hola Carlos,
muchas gracias por darte un paseo por el blog.
Al contrario de lo que dices, no creo que la gente de aquí se involucre mucho, al menos no tanto como nos gustaría. Son muy pocos los que levantan la voz y menos los que la escuchan. El modo de pensar es el siguiente: si se construye un aparcamiento, se necesitará mano de obra, vendrán más coches y por lo tanto más clientes al centro, se venderá más... y todos contentos. ¿En qué lugar quedan aspectos como el Medio Ambiente? Pues tan abajo de la lista que se olvidan... No olvides la manifestación que hiciero los trabajadores de Polaris World en Murcia. La entrada de dinero en los bolsillos, por poco que sea, cierra muchas bocas. Seguiré llamando a esto "la cultura del Carpe Diem".
Hola Lucre, ante todo, enhorabuena por esta anotación, la cual por cierto, he añadido a arremolina. http://www.arremolina.com/index.php?title=Mazarr%C3%B3n
Me gustaría hacerte un encargo para tus próximas anotaciones. En Mazarrón hay al menos tres asociaciones que están luchando por el medio ambiente. Son APIP, ADELA y Mazarrón no se vende. Podrías entrevistarte con ellas, hacer un artículo y de esta manera dar a conocer a la gente de Mazarrón que sí hay un movimiento ciudadano luchando por los problemas reales de su pueblo.
Por supuesto, luego me cedes los derechos para publicarlo en arremolina ;)
Hola Santiago,
gracias por tu visita y por la sugerencia. Ya tengo localizado a Jesús Solar, presidente de "Mazarrón no se vende" y en cuanto pueda le entrevistaré.
Por cierto, encantada de haber contribuido a Arremolina... por fin! ;)(www.arremolina.com).
Un saludo,
Lucrecia.
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